«Hasta la carrera más larga empieza con un primer paso» y con esta cita de autor anónimo empezamos esta nueva entrada en el blog. Muchas de las personas se acercan por primera vez a un espacio de fisioterapia tras la práctica de una actividad deportiva. Otras personas piensan que los fisioterapeutas solo nos dedicamos a tratar a deportistas ya sea de alto rendimiento o a deportistas amateurs. Y otra mucha gente también piensa que la fisioterapia y la fisioterapia deportiva de forma particular consiste en dar masajes a los músculos cansados de los esforzados pacientes.
Y nada más lejos de la realidad, la fisioterapia va mucho más allá de la especialidad deportiva y por supuesto que la fisioterapia deportiva es mucho más que masajear a nuestros deportistas.
La fisioterapia deportiva comienza con el primer paso que da el deportista.
En muchas ocasiones cuando digo a la gente que soy fisioterapeuta, en seguida dicen “qué bien que sabes dar masajes” o “como te gusta tanto el deporte, tienes suerte de poder tratar a muchos de ellos”. Y en verdad tengo mucha suerte por ser fisioterapeuta, que nada tiene que ver con ser masajista y por supuesto que es una gozada poder trabajar con muchos deportistas, ayudándoles en la recuperación de sus lesiones, pero sobre todo y donde más intervención necesitan, en la prevención de sus lesiones.
Así que vamos a describir lo que la fisioterapia, más allá de esos masajes que se daban en mitad del siglo pasado, puede hacer por los deportistas que vengan a Fisiolive y confíen en nuestros tratamientos.
Lo primero que vamos a hacer y esto es común a todos los pacientes, será una extensa historia clínica, donde conoceremos al deportista, desde su fecha de nacimiento, sus actividades de ocio, su deporte, su situación laboral, sus horas de sueño y todo lo necesario para tener cuantos datos nos sean relevantes e importantes. Seguidamente a esta recogida inicial de datos, vamos a iniciar la anamnesis; esta parte es prioritaria y fundamental. Por toda la información que vamos a recabar y la cantidad de datos que vamos a obtener para posteriormente analizar. En esta anamnesis recogeremos toda la información subjetiva, que es la que nos va a aportar el paciente en cuanto a sus signos y síntomas, lo que denominamos la clínica del paciente. Realizando una serie de preguntas abiertas el deportista nos va a informar de cuales son sus sensaciones, desde hace cuánto tiempo lleva sintiendo ese dolor o molestias, en qué partes de su cuerpo lo nota, cómo se comporta el dolor en su día, si su actividad física agrava o mitiga el dolor y un largo cuestionario.
Posteriormente pasaremos a realizar la exploración objetiva, es decir, recoger todos los datos posibles de manera fiable. Analizando la posición estática y dinámica del deportista. Observando el movimiento y valorando tanto la cantidad como la calidad de movimiento de las regiones anatómicas que consideremos oportunas o implicadas en la clínica de nuestro paciente. Una vez recogidos todos estos datos y tras un proceso de razonamiento clínico, que como fisioterapeuta iré realizando a medida que se anota la información, se va a realizar una batería de test ortopédicos para analizar cómo se encuentran las estructuras a nivel óseo y articular, muscular y neural.
Todo este proceso, aunque al deportista aun no le hayamos puesto la mano encima como se suele decir, es fundamental para saber luego qué técnica fisioterápica aplicar. Nos puede llevar casi la totalidad de la primera sesión, pero no podemos actuar sobre un deportista sin saber qué es exactamente lo que le ocurre. Así que no pienses que no quiero trabajar, que no me gusta tocar a los pacientes o que pierdo el tiempo en cosas absurdas, como hemos dicho anteriormente toda la información es para nosotros vital.
Una vez que tengamos toda esta parte cumplimentada, empezaremos a tratar, siempre con la idea de recuperar la funcionalidad cuanto antes. En un deportista va a ser con bastante seguridad realizar un gesto específico de su deporte que requiere de una técnica específica. Por lo tanto, querido deportista, quizás tengas que olvidarte de tumbarte en una camilla para recibir un masaje, y nos tengamos que poner las pilas para empezar cuanto antes a facilitar el movimiento. Para ello vamos a utilizar dos herramientas poderosas, que siempre irán de la mano, la terapia manual ortopédica y el ejercicio terapéutico. Una no se entiende sin la otra; por separado tienen efectos avalados por la ciencia, pero juntas, estas dos herramientas van a ser las responsables de la vuelta a la práctica deportiva del paciente.
El orden de aplicación no está definido, puesto que no te extrañe que primeramente tomes tú las riendas de la rehabilitación y luego intervenga el fisioterapeuta en el proceso de curación.
La mayor parte de nuestras intervenciones deberían ser en la parte de prevención de lesiones, ayudando al deportista a entender el gesto técnico que realiza en su actividad, para así poder abordar los puntos débiles en cuanto a patrones de reclutamiento motor. De esta parte y cómo actuamos os hablaré en la siguiente entrada del blog.
Con esta parte os he querido abrir un poco la vista, para ver la fisioterapia deportiva como una rama de la profesión que tiene un trabajo de análisis y valoración muy importante. Mucho más si cabe que esos masajes que se nos vienen a la cabeza cuando juntamos ambas disciplinas.
Mucho más que un simple masaje es lo que puede ofrecerte la fisioterapia deportiva.
Para concluir solo podemos decir que la fisioterapia deportiva engloba un estudio minucioso de los diferentes factores con los que cuenta el deportista. Se empieza por una recogida de cuantos datos relevantes sean necesarios, luego hay una parte subjetiva en la que el paciente nos trasmite sus sensaciones y luego una parte objetiva que nos guiará para poder realizar un diagnóstico adecuado y así poder elegir el mejor tratamiento posible para la pronta recuperación de la función normal del paciente, así como su vuelta a la práctica deportiva.
