¿Acudo a una sesión de Fisioterapia a que me den una clase teórica sobre mi dolor?

«La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser», Hesíodo, poeta de la Antigua Grecia.

Una de las estrategias que en la actualidad parecen estar a la vanguardia de los tratamientos de fisioterapia y quizás solo se atreven a realizar los más experimentados terapeutas es la conocida como Educación en Neurociencia del Dolor (PNE) por sus siglas en inglés.

Desde la Fisioterapia proporcionamos las herramientas para que la salud de nuestros pacientes evolucione de la manera más adecuada.

Pus bien queridos amigos lectores de este blog, en los últimos años la ciencia que investiga sin cesar para proporcionarnos a los terapeutas las más poderosas y sofisticadas armas para enfrentarnos a las personas que acuden a nuestras consultas, nos han convencido con sus numerosas publicaciones cómo debíamos de empezar a cambiar nuestra forma de abordar a nuestros pacientes con dolor. Tanto el dolor agudo, como el dolor más complejo, el crónico.

Así pues, hemos cambiado nuestra visión a la hora  de valorar a las personas que acuden a nuestras consultas. Si en los primeros años de vida de la fisioterapia veíamos entrar por nuestras consultas  lesiones en determinadas regiones corporales de las personas, modelo mecanicista; ahora cuando alguien entra por la puerta de nuestras consultas estamos obligados a ver a una persona en su conjunto con un determinado cuadro clínico de dolor en todo su “ser”, hablamos del modelo bio-psico-social.

Esto quiere decir que una persona puede acudir a nuestra consulta con un cuadro de dolor en la zona lumbar, a nivel central, que no se manifiesta de forma clara en ningún gesto concreto de movimiento, que no mejora con una determinada posición o un determinado movimiento, que un día duele constantemente y al día siguiente duele más a la hora de comer que de cenar y que en una consulta con su traumatólogo les han realizado varias pruebas de imagen como pueden ser ecografías o resonancias magnéticas y no tienen una correlación específica con su cuadro clínico.

Estamos ante un dolor inespecífico, pero puede acudir también a nuestra consulta también un paciente con un dolor a la extensión en el codo, cuando realiza un determinado gesto al tocar su arpa cuando lleva más de media hora de ensayo con su orquesta. Este dolor es muy específico. Pero al igual que el primero, los mecanismos del procesamiento cerebral para que la información dolorosa se produzca son muy parecidos.

Con todo esto llegamos al momento más importante para mí en la primera consulta de fisioterapia cuando nuestros pacientes nos han comentado todo acerca de su dolor. Siempre les formulo la siguiente pregunta: ¿te han explicado en algún ocasión cómo y por qué se produce TÚ dolor? Por normal general todos suelen contestar lo mismo, NO. Les han dicho las causas que pueden llegar a producirlo, muchas veces esas causas tienen una cierta incidencia, pero en otras muchas ocasiones no tienen nada que ver.

Entonces, al paciente hay que educarle en el mejor sentido de la palabra en neurociencia del dolor. Puesto que la educación nos proporciona “las capacidades y conocimientos críticos necesarios para convertirnos en ciudadanos empoderados, capaces de adaptarse al cambio y contribuir a la sociedad” definición según la ONU. Nos tenemos que adentrar de una manera didáctica, reflexiva y comprensible en esta herramienta que también pertenece a la fisioterapia.

La manera de enfrentarnos en este momento a salir de la camilla en nuestras salas de tratamiento y seguir sentados en nuestras silla de consulta, para proceder a realizar la sesión de educación tiene que ser acordada con el paciente. No son pocas las ocasiones, que cuando llevas un determinado tiempo realizando la historia clínica al paciente se le empieza a retorcer el gesto, puesto que ellos quieren tratamiento manual.

Pues bien, el tratamiento manual llegará, pero primero hay que asentar las bases del conocimiento con relación al problema que nosotros hemos descubierto o por lo menos hemos intentado averiguar qué tiene nuestro paciente.

Existen varios tipos de dolor:

  • Nociceptivo, es aquel que se produce cuando existe un daño real o una amenaza en nuestro tejido músculo-esquelético. Por ejemplo el dolor que se produce al rompernos un hueso (daño real) o el dolor que experimentamos cuando tocamos un objeto muy caliente durante una décima de segundo (amenaza de daño). De estos dos ejemplos ya vamos a aprender una cuestión fundamental que todo paciente tiene que entender y debe tener clara, NO toda respuesta de dolor lleva asociado un daño estructural en el tejido. De esta afirmación hablaremos en otras entradas del blog.
  • Neuropático, es aquel que se genera como resultado de cambios que ocurren en la transmisión normal del impulso doloroso. Este dolor es más complejo de entender porque no estamos acostumbrados a oír hablar sobre él, pero tiene una incidencia alta en nuestras consultas.
  • Sensibilización central, es el tipo de dolor que se produce cuando se ve afectado el sistema nervioso central. Consiste en un descenso del umbral de dolor y una percepción alterada de estímulos normalmente no dolorosos.

Una vez explicado al paciente a qué clase de estos tres tipos de dolor encuadramos su proceso clínico, le tenemos que explicar qué es lo que le ha llevado a generar esas respuesta por su cerebro y en este punto, debemos informar al paciente que no está loco, su cerebro no duele, duele el tejido (una rodilla o un determinado músculo) pero sí es el cerebro el que procesa la información.

Una vez asentadas estas bases, deberemos aportar al paciente toda la información que consideremos necesaria y que el paciente quiera conocer; para así poder empezar a afrontar con una nueva visión su patología.

Antes de tumbarnos en la camilla, hay que conocer cuál es el verdadero origen del problema.

Por lo tanto, en la primera consulta con nuestro paciente deberemos realizar una buena historia clínica para determinar cuál es el problema que tiene la persona que acude a nosotros. Una vez realizada la exploración y haber refutado nuestra hipótesis, pasaremos a tratar a nuestro paciente.

Como ya hemos hablado, este primer tratamiento no lo vamos a realizar en la camilla o en la sala de ejercicio si consideramos que fuera necesario, sino que lo vamos a realizar sentados, hablando con nuestro paciente y realizando esta Educación en Neurociencia del Dolor que tan buenos resultados da en el medio y largo plazo y que además no lleva asociado ningún efecto secundario.

Como siempre os diré, cuando me despida de vosotros,
¡Salud y Vida! 
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