“ La mente es como un paracaídas, solo funciona si se abre” Albert Einstein. En los últimos años la fisioterapia ha avanzado muchísimo. Hemos pasado de tratar únicamente con masoterapia (técnica de fisioterapia que consiste en tratar el tejido muscular con masaje) a detestar esta técnica y utilizar otras técnicas de intervención.
Pero a día de hoy, muchas veces en la práctica clínica se sigue utilizando esta técnica tan conocida por todos como parte de una sesión y ayudando a otras técnicas de fisioterapia para solucionar los problemas con los que acude la gente a la consulta.
El masaje puede ayudarnos a potenciar nuestros tratamientos de fisioterapia.
No podemos vivir solo de dar masajes a las personas que nos acuden a visitarnos pues muchas de las patologías que sufren las personas, no tienen origen muscular y si tienen una génesis muscular, el masaje puede no estar indicado.
Vamos a aportar un poco de luz en lo que consiste el masaje, porqué lo podemos utilizar y sobre todo en qué momento de la práctica clínica podemos aplicarlo.
Se define la masoterapia como un conjunto de técnicas manuales que aplicadas sobre el cuerpo con fines terapéuticos las utilizamos para tratar diferentes lesiones.
Dentro de la masoterapia encontramos muchas técnicas, unas más vigorosas, otras más pausadas, no voy a entrar a definir cada una ni cuando es mejor aplicar una u otra, porque los principios de actuación a nivel fisiológico son los mismos.
La primera concreción que vamos a hacer va a ser definir qué beneficios nos aporta la aplicación de las técnicas de masaje. Tiene efecto psicológico, tiene efecto en reducción del dolor, tienes efecto en el sueño, tiene efecto en el sistema nervioso autónomo.
Pues bien, en cuanto a los efectos psicológicos el masaje ayuda a disminuir la ansiedad y el nerviosismo que producen esas molestias corporales. Bien sabemos que toda lesión tiene los efectos nocivos tanto a nivel biológico de muerte celular, tanto a nivel psicológico y a nivel social. Con el masaje vamos a intervenir en el aspecto psicológico porque también va a promover la confianza y la sensación de ser atendido. Tenemos estudios que nos muestran que la aplicación de técnicas manuales sin provocar dolor mejoran el estado anímico de las personas. Y por descontado, el masaje es lo que muchas personas, especialmente los deportistas buscan y las expectativas a la hora de recibirlo nos ayudan a mejorar la situación inicial.
En cuento a los efectos que produce en la percepción del dolor, el masaje ayuda a que el dolor muscular de aparición tardía (DOMS por sus siglas en inglés) las conocidas agujetas, sean menos dolorosas. No sabemos explicar todavía el porqué de esta disminución, porque en cuento a la capacidad elástica de músculos y tendones no interfiere en absoluto. Se cree que como el procesamiento del dolor está condicionado por las expectativas que se tiene ante un tratamiento, nuestro masaje sea más eficaz en ese aspecto. También sabemos que el masaje que genera una sensación de molestia, activa opioides endógenos relacionados con la disminución del dolor. Volvemos a incidir en el aspecto del procesamiento del dolor a nivel cerebral más que en la propia estructura a nivel biológico que estamos tratando. Finalmente el masaje se ha asociado con la liberación de oxitocina y serotonina. Sabemos que estas hormonas, que también se generan con la práctica de actividad física, mejoran la percepción del dolor.
En cuanto a los beneficios que nos aporta sobre el sueño, cuando realizamos un masaje recuperador, es decir, que sea indoloro, nuestro cuerpo entra en un estado de relajación, disminuye la frecuencia cardiaca y todo ello hace el cuerpo de predisponga a entrar en el estado de sueño.
Por último tenemos también efectos sobre el Sistema Nervioso Autónomo. El masaje aumenta la actividad parasimpática corporal lo que nos va a hacer que la excitabilidad neuronal disminuya y así disminuye la rigidez muscular.
Así pues, a la hora de tratar a una persona con un daño en el tejido muscular, podemos utilizar la técnica del masaje, vamos a obtener buenos resultados, pero no vamos a solventar la causa que ha originado ese problema. Pueden ser varias, la falta de fuerza en el tejido para soportar una carga. El poco rango de movimiento articular que hace que nuestra cantidad de movimiento sea baja. La pérdida en la calidad de movimiento por no saber ejecutar bien un determinado gesto deportivo o un gesto cotidiano.
Utilizaremos el masaje, para ayudar, pero siempre conociendo qué beneficios reales tiene.
Es muy frecuente escuchar a la gente decir qué ha ido al fisio para descontracturar el cuello y que para ello han utilizado el masaje. Pues bien, ya hemos visto que en cuanto a los beneficios estudiados y conocidos del masaje, no encontramos resultados en cuento a la mejora biológica en los tejidos, sino que los beneficios que obtenemos se centran en el aspecto neurofisiológico de la modulación del dolor y sobre todo en el aspecto psicológico de la patología. Encontramos también beneficios en la calidad y cantidad dl sueño, con la ayuda que eso supone para que el cuerpo humano recupere su homeostasis interna durante el descanso y los efectos a nivel de la actividad parasimpática.
