“Resulta posible cambiar el comportamiento de los demás si cambiamos nuestra actitud hacia ellos.” Dale Carnegie. En el tiempo actual que nos ha tacado vivir con una pandemia que afecta de manera global, voy a hablar hoy acerca de una pandemia que llevamos padeciendo un montón de tiempo, que afecta a nivel global y que desde las autoridades sanitarias mundiales se le da muy poco protagonismo. El dolor crónico.
El dolor crónico se ha convertido en una enfermedad que afecta de manera global a millones de personas.
Actualmente estamos viviendo una pandemia global a causa del Covid-19. Estamos bombardeados mañana, tarde y noche con información acerca de número de contagios , número de personas fallecidas, número de test realizados y una larga lista de datos e información acerca de un virus que está paralizando nuestra sociedad y está poniendo en marcha a todas las autoridades sanitarias, tanto mundiales, como nacionales y locales para luchar contra ella y así reducir el número de contagios y sobre todo para buscar una vacuna que proteja a la sociedad del dichoso virus.
Hoy os voy a hablar de una pandemia silente, que llevamos padeciendo muchos años y que afecta también a la población a nivel global. Pero en este caso las autoridades sanitarias le prestan muy poco tiempo, muy pocos recursos tanto materiales como económicos y en definitiva arrastra bastantes perjuicios a la población. Vamos a hablar del dolor crónico, una enfermedad que padecen en España entre el 25% y el 30% de la población. Y desde muchas asociaciones viendo la evolución de la enfermedad se estima que en los siguientes veinticinco años puede aumentar en un 16%-18% de la población. Estaríamos hablando de que casi una de cada dos personas sufrirá dolor crónico, con todo lo que ello conlleva. Por dar algunos ejemplos de lo que conlleva padecer esta enfermedad, el 70% de las personas que la padecen pierden su trabajo, casi el 50% de ellas sufre una ruptura en su vida familiar/sentimental y el dato quizás más preocupante una de cada veinte personas que padecen la enfermedad optan por terminar con su vida suicidándose.
Este año del coronavirus, la IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, por sus siglas en inglés) ha declaro el 2020 como Año Internacional en la Prevención del Dolor Crónico.
Por lo tanto, es necesario que desde la fisioterapia sepamos levantar un dique de contención a la pandemia del dolor y ayudar a cuantas personas acudan a nuestras consultas.
Durante este post os quiero hablar de qué manera entendemos desde Fisiolive esta enfermedad y cuál es nuestro credo para luchar junto a estas personas a combatir la enfermedad.
Tenemos como premisa principal la regla 1:30:365. Esto quiere decir que voy a poner todo mi empeño en cambiar la vida de al menos una persona al día que sufra de dolor crónico, lo que va a suponer treinta personas al mes y alrededor de trescientas sesenta y cinco personas al año. Por lo tanto al cabo de un año quiero ser capaz de salvar de las garras de esta pandemia silente a un avión comercial mediano lleno de personas aquejadas de esta enfermedad.
Ahora os voy a explicar las dos condiciones que desde Fisiolive voy a intentar abordar con todas estas personas. Fijándonos en la isla japonesa de Okinawa en la cuál está la mayor esperanza de vida del planeta, pero sobre todo donde la tasa de enfermedades crónicas es bastante baja entre sus habitantes encontramos que cobra mucha importancia el Círculo Social y tener una Razón de Vivir.
Dentro del círculo social vamos a conseguir manejar las emociones positivas del paciente. En este campo de las emociones positivas si las controlamos vamos a conseguir mejorar la recuperación ante el estrés, mejorar la función inmunológica, mejorar el rendimiento cognitivo y reducir los índices de intensidad del dolor.
En cuanto a la razón de vivir, si conseguimos aumentar la motivación vamos a generar un aumento de endorfinas y dopamina. Las endorfinas van a facilitarnos tener momentos de mayor felicidad a lo largo del día y la dopamina es conocida como la hormona de la motivación. Tener unos niveles elevados de esta hormona, nos va a facilitar ponernos en marcha para conseguir vencer el dolor crónico.
Para alcanzar este bienestar, desde Fisiolive proponemos una fórmula, que no es mágica, pero que con insistencia y perseverancia va a dar sus frutos. Debemos mejorar los hábitos de vida y se basa en tres pilares fundamentales.
El primero de ello es la realización de ejercicio; se recomienda ciento cincuenta minutos de ejercicio a una intensidad moderada a la semana o setenta y cinco minutos de ejercicio a una intensidad alta a la semana.
El segundo pilar es la nutrición, una alimentación sana y equilibrada, con predominio de alimentos de origen vegetal va a favorecer el equilibrio de todos nuestros sistemas corporales.
Por último el tercer pilar es el descanso. Nos va a permitir restablecer los depósitos de energía, y recuperar al cuerpo del estrés de todo el día.
Tenemos la capacidad de vencer a la pandemia silente del dolor.
Se necesita un cambio de mentalidad a la hora de afrontar el diagnóstico y el tratamiento de las personas que sufren la pandemia del dolor crónico.
Desde la fisioterapia unos cuantos hemos empezado el camino, sabemos que todo cambio es duro, desordenado en la mitad pero precioso al final.