«Desde su nacimiento el hombre y la mujer llevan el peso de la gravedad sobre sus hombros.» Jacques-Yves Cousteau. El hombro es uno de los complejos articulares más móviles del cuerpo. Está conformado por cuatro articulaciones y permite orientar al brazo en todas las posiciones del espacio.
Cuando el hombro congelado nos deja sin movimiento.
El hombro es un complejo articular formado por cuatro articulaciones. El complejo engranaje de estas cuatro articulaciones confieran al hombro de una movilidad única en el cuerpo y a su vez le aportan una estabilidad muy grande.
Estas cuatro articulaciones son las siguientes: La Art. Esternocostoclavicular. Conformada por la unión de la clavícula, el esternón y la primera costilla. La Art. Acromioclavicular. La conforman la unión de la clavícula y el acromion de la escápula. La Art. Glenohumeral. Está compuesta por la cavidad glenohidea de la escápula y la cabeza del húmero. La Art. Escapulotorácica. Esta articulación es una seudo articulación. Aunque a efectos biomecánicos tenga las propiedad de una articulación. La conforman la escápula en su conjunto sobre las costillas torácicas sobre las que se apoya y desliza.
Una vez repasado la anatomía del hombro, vamos a definir el concepto de hombro congelado. Está patología define a la pérdida de movilidad total o parcial generalmente de la articulación glenohumeral. Aunque muchas veces la restricción de movimiento se nota también en el resto de articulaciones que forman el hombro.
Por lo tanto el hombro congelado es una afectación de la cápsula articular de la unión que realizan la cabeza humeral en la cavidad glenohídea de la escápula. La cápsula articular es una estructura fibrosa y cartilaginosa que confiera a la articulación de una estabilidad. Junto a los ligamentos aporta la estabilidad pasiva de la articulación.
Cuando hablamos de la patología de hombro congelado por lo tanto estamos refiriéndonos a esa inflamación de la cápsula, que hace que nuestro hombro empiece a perder movimientos manera bastante rápida.
No hay una causa clara de porqué se produce dicha patología aunque es muy frecuente en personas con las siguientes enfermedades: diabetes, hipotiroidismo, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico, inmovilización tras traumatismos o cirugía, accidentes cerebrovasculares, enfermedades autoinmunes, tratamiento del cáncer de mama. La aparición del hombro congelado no tiene que estar ligado al diagnóstico de estas enfermedad, pues encontramos personas que sufren esta patología sin enfermedad ni motivo aparente.
Podemos encontrar el hombro congelado de manera secundaria en personas que sufran estas otras patologías asociadas al hombro: calcificaciones, patologías propias del manguito rotador y tendinopatías asociadas con la cabeza larga del bíceps braquial.
La inflamación que se produce en en el hombro se han visto que se producen más en las estructuras de la parte anterior del hombro, por lo que los movimientos más restringidos son la flexión de hombro, la rotación externa y la abducción del brazo. En esa primera fase, esta clínica nos puede hacer sospechar de un proceso de hombro congelado. Aunque muchas veces, la evolución es tan rápida, que la persona acude a la consulta con todos los movimientos del hombro con una disminución muy grande del rango articular y mucho dolor en posiciones de reposo del hombro como la posición sedente en una cama.
El tratamiento preferencial para la patología del hombro congelado es la fisioterapia combinada con la toma de AINE’S y en algunas ocasiones el uso de corticoides.
La fisioterapia se va a centrar en la recuperación del rango articular del hombro. En este caso siempre encontramos más disminución del movimiento en la articulación glenohumeral. Aún así nuestro tratamiento tiene que ir enfocado a mantener y recuperar la movilidad de todas las demás articulaciones del hombro. Así como de la columna torácica.
El tratamiento va a ser siempre muy delicado, priorizando primero los movimientos específicos, como las movilizaciones de Maitland de deslizamiento craneo-caudal o antero-posterior de la cabeza del húmero respecto de la cavidad glenohídea que no generen dolor al realizarlos antes que los movimientos analíticos de flexión, abducción o rotaciones.
En esa primera fase, podemos también combinar el tratamiento de terapia manual con una programación adecuada de ejercicio terapéutico para ir ganando fuerza y movimiento en estructuras ligadas a esa articulación y también en estructuras más periféricas, que nos van a realizar una disminución del dolor y la inflamación por ese componente sistémico endógeno de modulación del dolor que conseguimos con el ejercicio.
Progresión del tratamiento del hombro congelado.
La perspectiva de conseguir recuperar el rango de movimiento completo en la patología de hombro congelado es de larga duración: entorno a los nueve meses hasta los dos años.
Se debe hacer una progresión en el tratamiento que vaya progresando en la intensidad de la terapia manual realizada así como en los ejercicios propuestos para flexibilizar la cápsula y bajar la inflamación que es lo que más nos interesa en un primer momento.
