¿Cada cuánto tiempo debo ir al fisioterapeuta?

“El tiempo es relativo a quien mide y a su estado de movimiento relativo” Albert Einstein. Es muy frecuente en las consultas de fisioterapia que se nos pregunte a los fisios por el tiempo. El tiempo de curación de una patología, el tiempo que debe transcurrir para volver a la consulta para seguir con el proceso de rehabilitación o cada cuanto tiempo se debe ir al fisioterapeuta.

No podemos establecer de manera general un periodo para ir al fisioterapeuta. 

En muchos artículos o revistas, a menudo aparece la típica pregunta de cada cuanto tiempo se debe acudir a una consulta de fisioterapia. Unas veces dicen que una vez al mes, otras veces dicen que por lo menos una vez cada tres meses y en otras publicaciones no científicas se nos dice qué mínimo debemos acudir a que nos “revise” un fisio una vez al año. 

Pues bien, nada más lejos de la realidad. Debemos acudir al fisio siempre que sea necesario. Y esa necesidad no está determinada por la variable tiempo concreto, ya sean días, semanas, meses o años. 

Cada uno de nosotros somos mundos totalmente diferentes. Todos conocemos a gente que no ha ido a una consulta de fisioterapia en años y también conocemos a gente que por la circunstancia que sea necesita ir al fisio cada cierto tiempo. Pero por normal general cuando hablamos de trastornos músculo-esqueléticos no hay periodo fijo para acudir al fisio.

Tenemos que tener en cuenta que a una consulta de fisioterapia vamos a acudir por estos motivos principalmente: el primer motivo de consulta es el dolor. Como síntoma principal en cualquier parte de nuestro cuerpo. Puede ser un dolor a nivel cervical, un dolor en la planta del pie o un dolor generalizado en nuestras articulaciones. Es el motivo mayoritario de las consultas y también nos encontramos gente que viene cuando lleva con dolor de cuello tres días o gente que acude a nuestras consultas cuando lleva largos periodos de tiempo con dolor en el cuello; hablo de incluso años. Bien sea porque en los anteriores especialistas no han sabido acertar con su diagnóstico y posterior tratamiento o bien porque lo hayan dejado pasar, pensando que el dolor iba a desaparecer de un día para otro, 

En estos casos de consultas por dolor, siempre recomendamos acudir al fisio tras los primeros días de aparecer los síntomas. Muchas veces es cierto que en un par de días o tres, la molestia que teníamos en una rodilla ha desaparecido, pero en otras ocasiones si la molestia perdura durante más de tres o cuatro días es conveniente contactar con un fisioterapeuta para que primero explore que nos puede estar ocurriendo y luego nos paute el tratamiento a seguir.

El segundo motivo de consulta son las lesiones producidas por accidentes traumáticos. Ya sean lesiones en el ámbito deportivo o lesiones que puedan ocurrir en nuestro día a día, como puede ser un esguince de tobillo que nos producimos al bajar un bordillo en la calle que no habíamos visto. En este caso, la recomendación es acudir la fisioterapeuta en el menor espacio de tiempo posible. Ya hemos visto en entradas anteriores del blog, el manejo de las lesiones agudas. Pues bien, tras sufrir un traumatismo lo mejor es que el fisioterapeuta nos valore y explore, también es bueno que se coordine con el equipo médico para pautar conjuntamente el plan de acción. Muchas veces en una fractura de muñeca por ejemplo, los primeros días, está indicado la inmovilización de la articulación afectada, pero podemos empezar a trabajar muchas posibilidades que nos van a permitir recuperarnos de manera más eficaz y eficiente; en este caso concreto, podríamos pautar imaginería motora gradual, terapia con espejo, ejercicios isométricos de las articulaciones cercanos y una gran variedad de programas terapéuticos. 

El tercer caso y por consiguiente el menos frecuente, es acudir al fisioterapeuta para prevenir posibles lesiones. En esta ocasión sí que podríamos determinar una consulta más rutinaria. Pues acudimos al fisioterapeuta con la consigna de que nos paute los ejercicios  que nos van a favorecer no lesionarnos ya sea en nuestro puesto de trabajo en nuestra práctica deportiva o en las diferentes actividades que vayamos a realizar en nuestro día a día. Estas sesiones o visitas al fisio en un periodo concreto pueden servir para realizar diferentes protocolos de actuación. En el caso de un trabajador de una cadena de montaje por ejemplo puede acudir cada quince o viente días al fisio para realizar una serie de ejercicios de recuperación o ejercicios de fortalecimiento. En el caso de una mujer que acabe de dar a luz, puede acudir a la consulta para realizar trabajos diferentes, como la recuperación del suelo pélvico y también para realizar tareas complementarias de fortalecimiento del resto de partes del cuerpo.

Todo depende del qué nos pase.

Como solemos decir siempre no hay una receta que sea para todos igual. Vamos a tener que individualizar en cada persona, en cada patología y en cada circunstancia personal. 

No existe un tiempo determinado en el que debemos acudir al fisio, tanto si estamos bien de salud y no sufrimos ningún tipo de dolencia como si sufrimos una determinada lesión. 

Como siempre os diré, cuando me despida de vosotros,
¡Salud y Vida! 

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