“No me interesa tanto la mente humana como la maravilla de una naturaleza que es capaz de obedecer una ley tan simple y tan elegante como la ley de la gravedad” Richard Feynman. En las últimas entradas del blog hemos hablado sobre escalas de valoración y test para poder objetivar mejor nuestras exploraciones clínicas.
En el día de hoy, vamos a hablar sobre unos test de valoración muscular que se pueden emplear en la exploración clínica en la consulta de fisioterapia.
Saber si la musculatura es capaz de vencer a la propia gravedad es ya un gran paso.
En esta nueva entrada vamos a hablar de los test de valoración muscular según dos fisioterapeutas que emplearon la gravedad como uno de los puntos de partida, para conocer la capacidad de ejercer fuerza de un músculo.
En nuestras consultas de fisioterapia es muy importante realizar una correcta valoración de muchos factores, que pueden estar relacionados con el problema que quiera resolver la persona que acude a nuestra consulta.
La valoración muscular según Daniels & Worthingham´s nos predispone de una manera muy sencilla a saber la capacidad muscular de un solo músculo o de una región muscular que realice determinado movimiento.
En dicha escala de valoración los grados para la valoración manual reciben una puntuación desde 0 que equivale a la ausencia de actividad hasta 5 que es el equivalente a una fuerza muscular normal. En este punto, quiero aclarar que la puntuación más alta, la consideramos normal o buena, pero nunca debemos olvidar que las valoración de un test manual nunca va a ser completamente objetiva.
También me gustaría destacar de estos test de valoración muscular, que miden el movimiento de una articulación, por lo tanto no van a ser analíticos para un solo músculo, sino que más bien van a medir como están los grupos musculares que realizan ese determinado movimiento.
Como hemos dicho, el test recibe una puntuación numérica, pero también suele ir acompañada de una palabra, que va a expresar el resultado del test de una manera más cualitativa.
La equivalencia entre la puntuación y la nomenclatura sería la siguiente:
5 = Normal (N)
4 = Buena (B)
3 = Regular (R)
2 = Mal (M)
1 = Actividad escasa (E)
0 = Nula (0)
A continuación vamos a detallar como se realizaría el protocolo del test para cualquier grupo muscular.
Lo primero que vamos a tener que realizar es el denominado Teste de Ruptura; consiste en llevar la parte del cuerpo que queramos valorar en este caso una articulación a su rango máximo de movimiento permitido. Una vez que la persona se encuentra en esa posición, el fisioterapeuta aplica una resistencia (fuerza contraria a la acción que vamos a pedir) y se le pide al paciente que realice la fuerza para mantener esa posición. Para poner un ejemplo práctico, vamos a analizar la fuera de los músculos que intervienen en la flexión del codo. Lo primero que vamos a realizar con el paciente sentado es una flexión máxima del codo. Una vez que hemos alcanzado el rango máximo de movimiento, el fisioterapeuta va a aplicar una resistencia en este caso en la muñeca queriendo romper la flexión del codo, y el paciente va a activar sus flexores del codo para mantener esa contracción.
EL segundo paso que vamos a realizar es el llamado Test de Resistencia Activa. Consiste en aplicar una resistencia manual opuesta a la contracción activa de un músculo o de un grupo de músculos. En la actualidad este test está contraindicado, porque la valoración puede verse alterada por muchos factores, y requiere de una destreza muy grande para realizarlo.
Los criterios para la graduación muscular van a venir dados tanto por factores objetivos como subjetivos. Tenemos que tener claro que nuestro test no es 100% fiable, o bien porque la persona quiera hacernos pensar que está mejor de lo que está y al saber que le estamos valorando realice un esfuerzo mucho más grande del que puede o puede querernos engañar, demostrado que no es capaz de hacer una determinada fuerza cuando en realidad si que es capaz de realizarla.
Pero sabiendo que la aplicación de nuestra fuerza como fisioterapeutas puede alterar el resultado por no saber de manera objetiva qué fuerza puede desarrollar el paciente, vamos a comenzar nuestra exploración por ver si el paciente es capaz de alcanzar el grado 3.
El grado 3 es la medición más objetiva, pues tratamos de realizar el movimiento contra la gravedad. En esta parte el fisioterapeuta no aplica ningún tipo de fuerza externa.
Para el grado 4, el fisioterapeuta va a aplicar una resistencia opuesta al movimiento requerido submáxima. Es decir, nosotros pensamos que la persona va a ser capaz de vencer esa fuerza sin problema.
Para el grado 5, realizamos la misma que residencia que para el grado 5, pero esta vez nosotros aplicamos una fuerza máxima. Es decir, la fuerza que el paciente es capaz de vencer con mucha dificultad.
Si el paciente no ha sido capaz de vencer la fuerza de la gravedad en el grado 3 de movimiento, vamos a pedirle que realice el movimiento sin que la fuerza de la gravedad intervenga. Si es capaz de realizar este movimiento, hablaríamos de un grado 2 en el test.
El grado 1 se realice en el mismo plano que en el grado 2, es decir, sin ausencia de gravedad. Y el fisioterapeuta puede visualizar o palpar ciertos vestigios de contracción muscular pero sin llegar a producirse movimiento articular.
El grado 0, es la ausencia total de movimiento.
El balance muscular nos puede aportar una información de calidad.
Como hemos visto, estos test de balance muscular nos pueden aportar una información de buena calidad, pero como examinadores debemos saber que los test cuentan con ciertas limitaciones y deberíamos realizar unas cuentas pruebas más para objetivar mejor la capacidad muscular del paciente.
Con la aplicación de este test muscular, podemos tomar el punto de partida para realizar nuestros programas de rehabilitación.