“Acepta los retos para así poder sentir la euforia de la victoria”. George S. Patton. En anteriores entradas del blog, os he hablado ya de la importancia que tiene el Ejercicio Terapéutico como herramienta clínica para liberarnos del dolor. Pero hoy quiero hablaros sobre los otros sistemas de nuestro cuerpo donde obtenemos beneficios.
Porque la práctica regular de ejercicio es salud y bienestar.
En los últimos años se ha fomentado la práctica regular de actividad física para mantenernos en unas condiciones de salud adecuadas. Desde el año 1980 la población mundial ha sufrido un descenso en los minutos realizados de actividad física semanal. Las recomendaciones que se nos dan desde las Autoridades Sanitarias son las de practicar 150 minutos de actividad física de manera moderada a la semana o la de realizar 75 minutos de actividad física de manera vigorosa a la semana. Los datos actuales son devastadores, apenas el 38% de la población mundial alcanza estos límites fijados para salvar nuestra salud. Y lo peor es que el descenso cada año es más pronunciado y afecta de manera directa a los niños y jóvenes que ven cómo sus minutos semanales de actividad física son casi los realizados en el colegio en las clases de Educación Física.
Pero aquí no estamos para echar la bronca a la sociedad, sino para dar motivos varios por los que realizar ejercicio. Dentro de las funciones de los fisioterapeutas está la de pautar y dosificar el Ejercicio Terapéutico; esto quiere decir emplear el ejercicio para fomentar la salud de la personas que vienen a nuestras consultas.
Como decía en la introducción, el Ejercicio Terapéutico ya hemos visto que influencia positiva tiene en la modulación del dolor. Pero todo el proceso neurofisiológico que se desencadena cuando realizamos actividad física genera también adaptaciones en otros sistemas de nuestro organismo.
Vamos a ir viendo un poco cómo, gracias a la ínter relación que existe entre el Sistema Nervioso Central, el Sistema Inmunológico y el Sistema Endocrino, la práctica de Ejercicio Terapéutico está indicada en cualquier persona.
Lo primero que debemos de saber, es que cualquier actividad que hagamos de manera consciente, va a poner en funcionamiento todo nuestro cuerpo y gracias a que somos como una máquina perfectamente engranada las respuestas van a ir sumándose simultáneamente de manera autónoma. El Sistema Nervioso nosotros lo ponemos en funcionamiento en cuanto empezamos a realizar ejercicio. Con el Ejercicio Terapéutico vamos a conseguir activar a todo el sistema músculo-esquelético, encargado de realizar los movimientos que nosotros queremos. Conseguiremos activar también los sistemas descendentes moduladores del dolor, y también al sistema inmune y endocrino.
Cuando realizamos una actividad que suponga cierto estrés metabólico nuestro cuerpo va a reaccionar para defenderse de ese estrés al que se ha visto sometido. Por lo tanto cuando nosotros realizamos un ejercicio va a producirse una activación del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal. La activación de este eje va a liberar la hormona corticotrópica y a su vez la estimulación de las glándulas adrenales. Se producirá a raíz de este suceso una reacción en cadena; se libera a nuestro torrente sanguíneo, adrenalina y cortisol. Esto supone la activación de nuestro Sistema Nervioso Simpático y la supresión del Sistema Inmune. Vosotros diréis que esto carece de sentido, si con el ejercicio queremos reforzar al Sistema Inmune y la liberación de adrenalina suprime esta acción. Pues bien, nuestro organismo es muy inteligente y si este estrés (ejercicio) al que le hemos sometido dura unas pocas horas y es controlado, se van a producir una respuesta adaptativa de defensa. Vamos a conseguir una hipersensibilidad retardada (respuesta celular) y nuestras respuestas inmunes tanto las innatas como las que surgen de las adaptaciones se ven reforzadas. Por lo tanto, hemos conseguido hacer reaccionar a nuestro cuerpo y se va a ver beneficiado de ello.
En cuanto a la interferencia del ejercicio en el Sistema Endocrino va a suponer una regulación en nuestro gasto energético. Al realizar Ejercicio Terapéutico la actividad hipotalámica aumenta y esto supone que la resistencia a la insulina va a aumentar. La resistencia a la insulina a su vez hace que la leptina entre en juego. Esta hormona es la que nos regula la sensación de saciedad. Por lo que nuestro apetito va a regularse y el gasto energético va a disminuir, por lo tanto la sensación de fatiga también va a disminuir.
Múltiples beneficios con muy poco efectos secundarios.
El ejercicio bien controlado y pautado por los profesionales capacitados para ello, nos va a suponer múltiples beneficios tanto a nivel músculo-esquelético como a niveles de sistema endocrino e inmunológico. Esta regulación es fundamental, ya que son sistemas que nos regulan en muchos aspectos de nuestro día a día; como pueden ser el apetito, la sensación de fatiga, la respuesta ante virus y patógenos externos gracias a que nuestro sistema inmune está preparado para ello.
