“No se trata de dónde estés, sino de dónde quieras llegar”. La terapia manual actúa sobre nuestro organismo, desde varias perspectivas, pero la más importante y fundamental es la de ayudar al propio organismo a que se ponga en marcha para activar los mecanismos de modulación del dolor.
Las personas acuden a consulta, centrados en un problema que ocurre en una determinada región corporal de su cuerpo. Desde la Terapia Manual debemos de ser capaces de abrir la vista y la mente de nuestros pacientes y que conozcan la causa de su problema.
La Terapia Manual va a incidir en la activación de los mecanismos descendentes de la modulación del dolor.
Son muchas personas las que acuden a los consultas de fisioterapia aquejados de dolor músculo-esquelético. En mi caso, como fisioterapeuta de Fisiolive, me he propuesto llevar a cabo una fisioterapia de calidad y basándome en las mejores herramientas de las que disponemos en la actualidad, respaldas siempre por la evidencia científica y la evidencia clínica.
Por ello una de las herramientas que empleo para tratar a las personas que vienen a la consulta es la Terapia Manual. Hoy os voy a explicar el porqué empleo estas técnicas y sobre qué organismo del cuerpo inciden y porqué en muchas ocasiones las personas salen de la consulta con menos dolor del que han entrado.
No nos vamos a centrar en esta entrada en toda la parte de historia clínica, anamnesis, exploración subjetiva y objetiva. Ya hemos llegado tras un buen proceso de razonamiento clínico, a una hipótesis inicial de lo que le sucede a la persona. Como habréis podido comprobar siempre utilizo la palabra persona, pues como ya nos decía Hipócrates allá por el siglo V a.C. “conocer a la persona que padece la enfermedad es tanto o más importante que la enfermedad que tiene el enfermo”. Por lo tanto vamos a tener muy en cuenta a la hora de aplicar nuestras técnicas qué persona tenemos junto a nosotros.
Muchos pensaréis que la Terapia Manual tiene un efecto sobre la articulación, músculo, ligamento o la estructura corporal que estemos tratando en ese preciso momento. Pero en realidad, los efectos que buscamos a la hora de realizar esta Terapia Manual van más dirigidos a modular la experiencia dolorosa que el paciente tiene.
Como ya hemos hablado en anteriores entradas del blog, nuestro cuerpo (sistema periférico) bien sea un músculo, hueso o ligamento, envía una determinada información a nuestros centros superiores de procesamiento (sistema nervioso central) en este caso interviene la médula espinal y el encéfalo, para avisarle que se encuentra en peligro. Esta información es captada por unos determinados receptores, que recogen la información de temperatura, la información táctil, la información de la presión, etc. Si el estímulo es lo suficientemente importante, la médula espinal, dejará que llegue hasta el encéfalo, dónde se procesará la información y comenzará el viaje de vuelta, a través de las vías descendentes, con una información que nosotros percibimos como dolorosa. Para poner un ejemplo práctico que todos conocemos, nos encontramos en nuestra cocina, con el fuego encendido. Cuando vamos acercando la mano al fuego, nuestros receptores térmicos, empiezan a enviar la información de que la temperatura en esa región corporal está aumentando. Llega un momento, que la mano está tan cerca del fuego o incluso ha llegado a tocar la vitrocerámica encendida, que retiramos de inmediato la mano porque hemos llegado a sentir, una experiencia desagradable. Lo que en un principio era calor, se ha convertido en quemazón y dolor. Ha sido nuestro cerebro el que ha mandado la señal de quemazón y dolor para que nosotros retirásemos la mano del fuego, porque corríamos el riesgo de quemarnos. Hemos experimentado una sensación desagradable, sin que se haya producido ningún daño.
Pues bien, desde la Terapia Manual vamos a influir en el proceso de envío y procesamiento de la información, tanto la información ascendente, como la descendente.
Con nuestras técnicas, vamos a transmitir al sistema nervioso central una información que va a desencadenar reacciones neurofisiológicas beneficiosas para modular nuestra experiencia dolorosa. Los mecanismos de la Terapia Manual tienen una influencia tanto a nivel del Sistema Nervioso Central como a nivel del Sistema Nervioso Periférico. Con nuestras movilizaciones articulares, nuestros estiramientos de la musculatura, nuestras técnicas de deslizamiento de los nervios y nuestra facilitación del movimientos con ejercicio, nuestro sistema va a dejar de tener esa sensación de estar en peligro, pues la mayoría de las técnicas son indoloras y buscan siempre reducir la experiencia desagradable que la persona nos ha descrito. Gracias a esto, la información enviada desde la periferia a la médula espinal disminuye, por lo que nuestro cerebro dejará de sentirse en peligro. Nuestras técnicas de Terapia Manual, también van a influir en la inhibición de la información desde el cerebro a la médula espinal, gracias a la liberación de unas determinadas hormonas que se liberan por el torrente sanguíneo.
La Terapia Manual actúa como moduladora de la transmisión de información, tanto a nivel ascendente como descendente.
Para concluir esta nueva entrada vamos a dejar las siguientes conclusiones del porqué nuestras técnicas son eficaces.
Como intervienen en la transmisión de información, vamos a experimentar un descenso en nuestra percepción del dolor. Se van a ver aumentados los mecanismos inhibitorios descendentes del dolor. La Terapia Manual genera oxitocina, hormona relacionada con el amor y la felicidad. Nuestras técnicas van a ejercer una función de mejora en nuestro Sistema Inmunitario. Y además van a inducir un cambio favorable en los hábitos de vida, promoviendo la actividad física, una buena relación con la alimentación, una mejora de las expectativas respecto al dolor y favorecen a mejorar el contexto de la persona. Siempre que sea necesario contaremos con la ayuda de otros profesionales sanitarios como nutricionistas, psicoterapeutas y profesionales de la actividad física y el deporte.